En una semana Leyla ha perdido casi todo, menos su sonrisa. Esta joven madre turca descansa en la cama del hospital de Nurdagui (Turquía) después de que ella y sus dos pequeños, Muslim de 2 años y Elif de 4, volvieran a nacer bajo los escombros de la que fuera su casa. Tras cinco días enterrados entre cascotes y hierros, unos militares vestidos de negro y rojo y hablando un idioma que no entendían les devolvieron a la vida el pasado viernes.
Este lunes, los efectivos de la UME (Unidad Militar de Emergencias) posan sonrientes y aliviados en el hospital. “Sois ángeles sin alas”, no para de repetir, una todavía débil, Leyla. Abrigada, aún se le pueden ver heridas en las manos , sin poder levantarse de la cama y con una vía puesta, Leila agradece una y otra vez a sus salvadores, que les hayan devuelto a la vida, pero no a ella, a sus hijos.
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